Los Chicos Feos no van al Cielo (por Nicolás Fiks)

Bendita superficialidad; sólo los tontos no juzgan por las apariencias.
Viviendo para el que dirán; santas voces que guían mi decadencia.
Así me siento bien, con mi cuerpo de plástico y mi alma hipotecada,
con frases plagiadas, sonrisas inventadas,
sentimientos balsámicos que esconden cizaña.
Sólo hablo para escucharme, de mis ejemplos aprendo
y yazgo en un escenario ostentando lo que no tengo.

Los chicos feos no van al cielo,
San Pedro los desprecia y con su arpa los martiriza
pusilánimes cobardes que se refugian en la risa.
Ser natural es una pose, aparentar es el sendero
que hacia nada nos conduce por eso es verdadero.

Sé el precio de todo pero no conozco el valor de nada,
para mí la realidad es un telón de fondo;
triunfar es ver como el prójimo fracasa,
mas una lágrima se desliza cuando los aplausos acallan.
Avanzaré mientras las luces resplandezcan
embriagándome siempre con el manantial de la adulación,
y cuando Dios, junto a la muerte, golpee a mi puerta
le diré Señor siéntate, y aplaude mi función.