domingo, septiembre 30, 2007

Inteligencia Vs belleza


Hay veces que querría poseer las agallas de santa Rosa de Lima, quien se desfiguró el rostro para no provocar sentimientos equívocos en los demás, o la determinación de los monjes tibetanos que dejan de lado sus cuidados físicos y se enclaustran en alejados monasterios. Pero no puedo. Hay en mí un demonio glamoroso que me incita a continuar avanzando por este triste sendero, que me obliga a defender con vehemencia mi imagen externa y minimizar, en grado sumo, mi saber.
No puedo llamar batalla a esto que experimento, pues aquí no hay dos bandos confrontándose, sino un amo superficial que no deja de azotar a su esclavo intelectual.

No hay comentarios.: