domingo, noviembre 18, 2007

...

Lectura del martirologio cristiano. Páginas que describen las más atroces torturas y las más ignominiosas penas de muerte.
Pensar que esa gente moría por alguien al que sólo conocía por la tradición oral.
En parte es comprensible la actitud de los mártires, ya que es estúpido morir por alguien al que vemos a diario sumido en toda su limitada condición humana.
Sacrificarse por un mito, podría ser, ¿pero por alguien concreto? ¡Qué cante el gallo hasta el hartazgo antes de que yo acepte la sincera amistad del prójimo!

No hay comentarios.: