jueves, octubre 14, 2004

Nací para ser el hazme reír de todos...

Estoy harta de q la gente me discrimine, se ría a mis espaldas, se burle de mí...

Durante mi infancia siempre me sentí una infeliz, una niña q quería crecer para no ser más el centro de cargadas, para eliminar el dolor q otros me generaron. Temía ir al colegio porq sabía q allí se mofarían de mí, porq cada palabra q alguien decía estaba destinada a mi persona.

Me hacían la vida imposible. ¿Qué mierda les había hecho para que me trataran así? Durante todo ese tiempo fui una estúpida a
merced de esa crueldad... esa gente despertó en mí el odio... aunque yo no reaccionaba, hubiese sido inútil hacerlo, eran todos contra una pobre chica q no tenía a nadie... por lo tanto jugué el papel de idiota, aunque tenía mis sueños para refugiarme...(siempre soñé con ser todo lo q no soy...una persona famosa, admirada, respetada, deseada, temida...la realidad ha sido siempre mi enemiga)

Mientras estaba en el secundario pensaba...'tranquila, en unos años no los ves más...y se termina todo' pero no fue así...hoy por hoy me sucede lo mismo...

Me he dado cuenta de q en todo momento, en todo lugar...la gente me trata del mismo modo...

Debo llevar un estigma...

Lo peor es q nose q hacer para q los otros me respeten...no puedo defenderme...simplemente no puedo...me siento incapaz...

Me gustaría tener un arma para amenazarlos a todos...para q me pidan perdón de rodillas...para q rueguen por un poco de mi piedad...

...LOS MATARIA A TODOS...UNO POR UNO...Y DE LA MANERA MAS CRUEL Y DOLOROSA...

LOS ODIO...SIMPLEMENTE LOS ODIO...

1 comentario:

john dijo...

He llegado a esta entrada buscando algo que nada tenía que ver, aun así te dejaré un comentario.

Yo tuve suerte, en el colegio nadie se metía conmigo, nunca lo permití. Al ser respetado y sentirme libre me dedicaba a defender a los que sufrían abusos de los demás, no era una conducta adoptada o impuesta, era lo que sentía que debía hacer.

Siempre los más débiles tienen todas las papeletas para convertirse en blanco de cualquier crueldad. A los que son crueles se les tiene miedo, son percibidos como poderosos, capaces de venganza. La víctima no, esta aguantará los palos y se hundirá en su dolor y soledad.

Lo más triste es que los demás consideran que la víctima lo merece, así conjuran el miedo al verdugo y de paso disuelven su propia vergüenza por ser tan cobardes.

Creo que mi comportamiento era el debido, aunque a veces me da por pensar que no hice bien...

Son mis típicas contradicciones, ya sabes que sólo los simples resultan siempre coherentes.

Chao.