domingo, enero 13, 2008

E-mail que le esribí a una amiga...


No sé bien cuál es el objetivo de este e-mail.

Quiero que intentes ver las cosas de otra manera…por más difícil que esto parezca…

Te mando una foto mía con Sabrina. Esa foto es del año 1998 (hace diez años atrás).

ACLARACIÓN: Tratá de no cagarte demasiado de risa porque me voy a ofender…yo sé que es jodido, pero hacé el intento...

Ahí estábamos en la cancha de Boca, esperando ver a los Backstreet. Tenía sus nombres escritos en mi cara y una bandana que decía BACKSTREET BOYS, jaja q loser...!

Obviamente, estaba mucho más gorda. Si mal no recuerdo, pesaba 68 kilos.

Tengo buenos y malos recuerdos de aquella época…

Ya era bastante “anormal”. Obviamente, no tenía amigos ni salía…

Vos me conociste a los 17, así que sabrás q no te miento…

Mientras todos iban a bailar, transaban, garchaban y se ponían en pedo…yo me quedaba en mi casa durmiendo…

Era más fóbica que la mierda. Además, tenía la certeza de que si salía, nadie se iba a fijar en mí…
De a poco (muy de a poco), las cosas empezaron a cambiar…

Bajé de peso, empecé a preocuparme más por mi aspecto (casi de manera enfermiza, me atrevería a decir) y comencé a salir…

Aún así, recién di mi primer beso a los 18 y mi primera relación sexual se dio tres años más tarde…

Vos sos testigo de que las veces que salíamos por Cautelar (por poner un ejemplo) yo nunca me transaba a nadie…

Yo te acompañaba a verlo a Sebas, pero a mí no se me acercaba ni el loro…

Y bueno…hoy por hoy…las cosas no son tan distintas…

Estoy más flaca, más “garchable”, si se quiere, pero sigo quedándome en casa los fines de semana y continúo sintiéndome mal conmigo misma…

A lo largo de mi vida, me han dicho cosas como “que fea que es” (Matías de Luca, en el cumple de 15 de Alejandra Gálvez), “Comprate un cuerpo” (Mariano Onorato, en 1er año del polimodal) o “En serio vas al gimnasio, porque no se nota” (Brian, mi primer y único novio…el único que se había fijado en mí!).

Y bueno, no es fácil reponerse ante esos comentarios…quizá otra persona lo hubiera dejado en el olvido, YO NO…

En fin, la cuestión es que flaca o gorda mi vida siempre apestó…

Quizá por mi culpa…

Quizá porque tengo mala suerte…

Quién sabe…

Lo único que sé es que tengo miles de traumas imborrables que, hoy por hoy, me condicionan terriblemente…

Ojo, también me dijeron cosas buenas…pero claro…esas nunca tienen mucho peso…


Para cerrar este e-mail, te dejo un cuento (hoy estoy re Bucay!):

“Procusto era un sujeto muy particular. Se dice que tenía la costumbre de hospedar gente en su casa. ¡Qué hospitalario! Lo destacable de este hombre era que les daba a sus huéspedes un techo, comida y una cama para dormir. Ahora bien, nadie es perfecto. Procusto tenía una manía un tanto peligrosa: cuando la gente se acostaba en su cama, debía encajar perfectamente.

Si un visitante de turno era un poco más largo, lo solucionaba cortándolo hasta que coincidiera.
¿Qué pasaba con los petisos? Eso tampoco era problema. A los petisos los estiraba hasta llegar a los extremos.

Todo debía encajar.”


Lecho de Procusto TODO ESTÁ MAL:

Te mentalizas de tal modo que no podes ver la inmensa cantidad de regalos que la vida pone a tu alcance.

Te autocompadeces y acomodas cada pequeña anécdota del día para que encaje con esta perspectiva.


Te quiero mucho nena!

Sabés que podés contar conmigo.

Y como dirían tus ídolas las B*witched: “Get happy!”. :)

2 comentarios:

Lola dijo...

hola nenaa mil sin pasarrr
pff como es que no cambiamos mucho
pff qué locoO el mono del cuento!!
bueno yapp te dej0 ando enferma y no tengo mucho para escribir
besoss

liss

Compañia dijo...

suerte que yo entro justo en la cama...