jueves, febrero 07, 2008

...

Ayer fui a cenar a lo de B.

Volví a mi casa a eso de las cuatro de la mañana.

Hablamos de un montón de cosas…

B. me contó acerca de sus vacaciones en Córdoba, sus amores de verano y la posibilidad de irse a vivir con una amiga a Capital, el año entrante.

Pasar tiempo con B. es gratificante ya que ella es capaz de mostrarme todo un mundo que yo desconozco…

Para que se den una idea, B. es lo opuesto a mí:

Simpática, enamoradiza, optimista…

Ella siempre cree estar frente al amor de su vida: se enamora, se ilusiona…vive en un estado de éxtasis perpetuo.

Y cuando sus relaciones no resultan como ella esperaba, lejos de deprimirse, las deja en el olvido y enseguida le encuentra reemplazante a quién creyó que sería su alma gemela.

Yo soy completamente distinta…

Primero que NUNCA me van a oír decir que hallé al hombre de mis sueños.

Segundo, no creo en el amor eterno…(a decir verdad, ni siquiera creo en el amor a secas). Yo considero que NADA ES PARA SIEMPRE y que el estado de enamoramiento se va cuando uno menos lo espera…

Imposible proyectarme a futuro con alguien. A mi entender, lo mejor es “disfrutarlo mientras dura”.

Además, mientras ella se “engancha” con facilidad…yo rara vez siento algo de interés por alguien.

Jamás me enamoré. He pronunciado frases tan ajenas a mí como “te extraño” y “yo también tenía ganas de verte” pero siempre lo hice por compromiso. Nunca lo sentí de verdad…

¿Si me molesta no saber lo que es amar?

No creo. No me interesa el amor ni el noviazgo ni nada que se le parezca…

Mi capacidad de goce es limitada: yo poseo más habilidad para sufrir.

En síntesis, hablar con B. está bueno porque experimento cosas que nunca podré vivir en carne propia y sus relatos son tan lindos que me conformo con ser una mera oyente.

No hay comentarios.: